La liebre y la tortuga
A moco tendido, lágrimas y sollozos el saliente alcalde
de la Ciudad Capital, Jorge Santini, admitió su derrota ante su principal
contrincante, Carmen Yulín, luego de una semana de haber pasado los comicios
generales a través de toda la Isla. Era evidente la conmoción emocional del aún
alcalde por perder la plaza mayor de las alcaldias de Puerto Rico. Más aún,
luego de haber estado ahí por doce años y que ninguna encuesta lo diera como
perdedor, pero al parecer el vicepresidente de PNP se durmió en los laureles. Tal
como la fábula de “La liebre y la tortuga”, Jorge Santini, le abrió un poderoso flanco a la candidata a alcaldesa
por el PPD, la cual lento pero seguro, por la falta de fondos y su tarde
llegada a la contienda municipal, luego de la abrupta retirada del entonces
representante y vicepresidente del Partido Popular, Héctor Ferrer Ríos, por problemas
de violencia de género contra su entonces pareja, que en un momento se hicieron
públicos, valientemente, Carmen Yulín se puso manos a la obra y al final del
camino, llegó a la meta primero, venciendo así a su contrincante político y
amplio favorito.
A partir de la salida de Héctor Ferrer, los estrategas
del Partido Popular se dieron a la tarea de buscar a una persona que apelara a
grupos heterogeneos en San Juan. La Ciudad Capital de San Juan siempre ha sido
un tanto dificil para hacer campaña y llegar a complacer a todos sus sectores.
A pesar de esas dificultades Carmen Yulín dió un paso al frente. A su vez
cumpliendo con el primer requisito para asegurar atraer votantes a su haber. El
52 por ciento de la población de la Ciudad de San Juan son mujeres y madres
solteras. Con ésta arma en mano, sexista o no, Carmen Julia Cruz Soto, comenzó
un fuerte ataque al incumbente, Jorge Santini, confrontándolo, el cual en lugar
de ripostar elegante y caballerosamente a la aspirante a su puesto político,
comenzó a contraatacar por medio de intermediarias mujeres, representantes y
senadoras del Distrito de San Juan, lo cual no apeló a los ciudadanos
capitalinos, tanto así que ni las mismas legisladoras sobrevivieron el
escrutinio del pueblo. Demostrando así debilidad, falta de articulación y miedo
de brabucón de barrio luego de que alguien se levantara y le aplicara su propia
medicina.
Previo a eso y no previsto por nadie, Santini sufría de
un desgaste político, parte de lo que es el desface natural de un incumbente
luego de muchos años en una silla electiva. El error de que son intocables y que
nadie los puede derrotar. “Hay que correr asusta’o!”, elocuentes palabras de
dos íconos de la política moderna puertorriqueña y del Partido Nuevo: Carlos
Romero Barceló y Ramón Luis Rivera, padre. Implicando que no hay enemigo pequeño
y sobretodo en una campaña corta.
Además de eso, Jorge Santini nunca clarificó el asunto de
su uso de sustancias controladas, cocaína específicamente, rumor, que cierto o
no, andaba rondando desde que comenzó a ser alcalde en el año 2000 y finalmente
resaltándose por el incidente en la Cafetería Betsy, tarde un viernes en la
noche, en Caimito en el 2012. Echándole gasolina al fuego en el ojo público de los
sanjuaneros. Más sus peleas, censura y dimes y diretes públicos con René de
Calle 13, lo cual, bueno o no, hacían ver mal alcalde ante los jóvenes y
futuros votantes, para quienes Calle 13 es un ídolo.
Santini se olvidó del deporte sanjuanero. El beisbol
profesional se quedó sin su equipo mas emblemático, los Cangrejeros de
Santurce, los cuales se mudaron a Manatí. Todo porque el alcalde le quiso
reservar el estadio municipal a un equipo de Major League que nunca se quedó o
tal vez uno que otro juego al año. Convirtiéndose en los Atenienses. Y en el
baloncesto, los también Cangrejeros, desaparecieron por impases con el dueño
del equipo, el empresario, manejador de artistas y productor de espectáculos,
Angelo Medina. Olvidándose por completo de que a los sanjuaneros les gusta el
deporte y el apoyar a sus equipos. Más
aún, olvidándose que los jóvenes necesitan tener heroes y modelos deportivos,
que los puedan ir a ver jugar y no solo verlos por el televisor.
Mientras
que el Tren Liviano, que se supone corriese desde la Parada 26, en Santurce,
hasta el Viejo San Juan, y se lleva construyendo desde el año 2004, parecía ser
una leyenda creada por el propio Santini. Y al contrario de sus homólogos de
Guaynabo y Carolina, que lograron desarrollar un sistema de transportación
municipal con autobuses, que además de gratis, son unos organizados y corren a
tiempo. En San Juan hay unos trolleys viejos, provenientes de la administración
de Hector Luis Acevedo, que no se sabe de donde salen, por donde pasan y a
donde llegan. Y si logra ver uno y más allá, montarse en uno de ellos, se debe
rezar un Padre Nuestro, El Rosario y tres Ave Marías.
Las comunidades marginadas y pobres de la ciudad, que
pedian un recogido de la basura más regular y seguridad para sus calles y
familias, también sintieron el rechazo del alcalde, que se dedicaba a hacer
grandes obras faraónicas, como el campo de golf, conseguir un helicóptero y
uniformes nuevos, estilo Ciudad de Nueva York, para la Policía Municipal de San
juan ( más las patrullas nuevas con las siglas SJPD), el Natatorium,
readoquinar el Viejo SanJuan y ponerle una pista azul al Parque Central.
Mientras las calles y avenidas
municipales, en las urbanizaciones, barrios, barriadas y vecindarios eran (y
todavía lo están) plagadas de hoyos y aceras rotas. En fin, mucha capota y
pintura, y poco desempeño de hacer llegar los fondos a donde realmente hacian falta. El ciudadano
de diferentes areas de San Juan se tuvo que conformar con guiar su auto y tener
que caer en el mismo hoyo, en la misma calle, por tres años y 50 semanas.
Por otro lado, la Policía Municipal de San Juan, que
nunca a resuelto un caso de envergadura y tampoco tienen el poder en ley para
hacerlo, le declaró la guerra a la comunidad dominicana en San Juan, resultando
en varias demandas de discrimen por nacionalidad. También le declaró la guerra
a los comerciantes y dueños de establecimientos nocturnos de San Juan. Que le
guste a quien le guste, pero San Juan es la ciudad de Puerto Rico que tiene una
verdadera vida nocturna y negarlo es un error duro de pagar, detener y los dueños
de negocios de la Ciudad Capital tienen el poder de hundir a cualquiera. Además
de que esto representa un decenso en
recaudos de patentes municipales, y afecta miles de empleos directos e
indirectos.
La Policía Municipal de la Capital también le declaró la
guerra a los estudiantes de la UPR en Río Piedras, provocando un motín por
parte de los universitarios en plena Avenida Universidad, que aunque no tenían
la razón para amotinarze, tampoco la Policía Municipal de crear una crisis con
gases lacrimógenos por dos jóvenes y par de cervezas. Se le olvidó al alcalde
que esos muchachos de la UPI votan.
Finalmente, la Policía Municipal de San Juan le declaró
la guerra al ciudadano común y corriente, con multas y bloqueos. Mientras a los
verdaderos delincuentes, los que le roban y son verdadera amenaza para la vida
y propiedad del ciudadano común y corriente, no se veía una ofensiva real en
contra de ellos.
Carmen Yulín amarró todos esos aspectos y frustaciones.
Los de las comunidades marginadas, la comunidad dominicana, el voto joven (que
usualmente vota contra el incumbente, hasta solo por curiosidad de saber como
es una transición de gobierno), los
universitarios, los pedidos en pro del deporte capitalino y los votos de las
mujeres de San Juan, entre otros. No importaba que la Señora Cruz Soto fuese
soberanista, independentista corriendo por el Partido Popular, que creyese en
la ciudadania americana, puertorriqueña o de la Luna. Lo que la Señora Carmen
Yulín logró fué un verdadero frente de un pueblo que se paró en sus propios
pies y destronó, probablemente para siempre, no solo a lo que otros llamaron
“un hueso duro de roer”, sino a un alcalde que amenazaba con fosilizarse en su
silla y a su ciudad junto con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario